martes, noviembre 29

las paradas eran incontables
cómo si realmente había una cuestión justificada para hacerlo.

un camino largo, el difícil.
la unión de sus manos lo más preciado y un par de sonrisas al viento
eran unas de sus mayores virtudes.
el apoyo se sentía, sus cuerpos cansados no demostraban nada de lo que en verdad pasaba
luchaban malestares agotadores al calor
y una rienda que se sostenía suavecito
cuando se cantaban sin pensar demasiado la melodía de una triste de john.

gritos de amor en todas las paredes.

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